Ganar en Fórmula 1, es un camino que conduce inexorablemente a la cúspide del automovilismo mundial.
Cuando se llega a la Fórmula 1, la mente y la voluntad están listas y programadas para intentar ganarlo todo, aunque hay ciertos factores que pueden determinar cuando, en qué momento y si finalmente se accede a las caricias de la gloria.
Uno imagina que al principio se sueña con llegar, luego con ganar; ganarlo todo. Eso está dentro de los genes de cualquier competidor y cada vez que se coloca el casco, en su corazón corre para ganar, más allá de cual sea su real posibilidad.
Pero en algunos casos la victoria se hace cuesta arriba. Y ya no importa la cantidad solo con una, alcanza para ser parte del selecto grupo de los elegidos. Seguir intentándolo es para los fuertes de verdad, para aquellos que sienten que realmente pueden lograrlo.
Y si llega por única vez, esas caricias de la gloria se vuelven un abrazo enorme, cuyas sensaciones duran para toda la vida.
Así le ocurrió a Giovanni, un rápido piloto nacido en Avignon en 1964, aunque muchos lo conocen por el nombre de Jean, aquel que le fue impuesto por sus amigos franceses.
Siguiendo los pasos de su padre, Jean Alesi comenzó a competir en Rally, pero pronto se pasó a las pistas y explotó todo su potencial. Fue Campeón de la Fórmula 3 Francesa en 1987 y dos años mas tarde ganó el título en F3000.
Corría 1989 y ese mismo año tuvo se debut en la Fórmula 1, en el Gran Premio de Francia. Al comando del Tyrrell que había dejado vacante Michele Alboreto, Alesi tuvo una entrada fantástica en la máxima, culminando en el cuarto lugar delante de su público.
El año siguiente volvió a demostrar su talento y secundo a Senna en Phoenix y en Montecarlo, nada menos. Sus actuaciones y su carácter lo llevaron directo a Ferrari, quienes le extendieron un contrato para que acompañe a su compatriota Alain Prost en 1991.
Los fanáticos de la rossa lo amaron inmediatamente. Por su estilo, su frescura y particularmente por todo lo que prometía. Prost, siempre metódico y el de Avignon por el contrario, buscaba ir más allá de los límites.
Alesi cerró aquel 1991 con tres podios (Mónaco, Alemania y Portugal) pero ninguna victoria. Para 1992 y ante la partida del “Profesor”, Ferrari contrató a Ivan Capelli, quedando Jean como jefe de filas. Fue un año complicado para los de Maranello, superados por el dominio de aquel fantástico Williams de Mansell y por algunos toques mágicos de Senna y su Mc Laren, quienes no dejaron nada para el resto. Alesi debió conformarse con dos podios en el ùltimo escalon (España y Canadá).
Pasó otro año sin triunfos para el francés y llegó 1993. Ferrari trajo al equipo al piloto austríaco Gerhard Berger, con quien Alesi compartió mucho tiempo en la máxima.
Los puntos más altos de aquel año fueron un nuevo podio en Mónaco y otro en Monza, donde los tifosi estallaron de alegría por aquel valioso segundo lugar de Ferrari en casa.
1994 fue el último año oscuro de la Fórmula 1 con las muertes de Roland Ratzemberger y Ayrton Senna. Jean Alesi, a tono con la temporada, tuvo un desempeño irregular, con cuatros podios (Brasil, Canadá, Gran Bretaña y Japón). El 5to lugar en el certamen fue muy poco para sus aspiraciones y la victoria aún no llegaba.
Irrumpió en la Fórmula 1 con fuerza en 1989, pasaron los años y había acumulado hasta aquí 13 podios, pero la dulce caricia de la gloria no era fácil de alcanzar.
Así llegamos a 1995 y Alesi arrancó el año con dos segundos puestos en Argentina y San Marino. La victoria seguía rondando y él continuaba empujando como el primer día. Quizas en su interior ya no soñaba con tantas, solo quería la única y concentró todos sus sentimientos para lograrla.
11 de junio de 1995, el mismo día en el que Alesi celebró su cumpleaños número 31, se disputó el Gran Premio de Canadá, 6ta fecha de la temporada y la carrera número 91 para el francés que, a bordo de su Ferrari 412T2 V12, número 27, clasificó en el 5to lugar, detrás de Schumacher, Hill, Coulthard y Berger.
Alesi saltó de 5to a 3ro en la primera vuelta. Desde el giro 17 tomó el 2do lugar y a 11 del final, psó a liderar. Schumacher dominó las primeras 57 vueltas, pero un problema eléctrico lo retrasó ya que tuvo que pasar por los pits y resetar los comandos de su monoplaza. En tanto Alesi lideró solo las últimas 11, aunque fueron las más importantes porque entre ellas se computó la de la bandera a cuadros.
Muchos recuerdan la imagen de Alesi "montado" sobre el Benetton de Schumacher, ya que la Ferrari del francés se quedó sin combustible en la vuelta de honor. También los memoriosos tienen presente, la invación del público que desbordó la pista, en un hecho poco común en la máxima.
Alesi pudo abrazarse bien fuerte a la gloria de la victoria. Explotó su corazón, también el de millones de tifosis y el de miles de fanáticos en todo el mundo que lloraron con él. Todos querían ver ganar a Jean Alesi, lo merecía y lo consiguió.
Rubens Barrichello y Eddie Irvine ambos con Jordan, lo acompañaron en aquel festejo inolvidable, en el que por primera vez Alesi estuvo en el centro del estrado.
En 1996, la dupla Alesi – Berger se fue a Benetton y esto posibilitó la llegada de Michael Schumacher a Ferrari.Ese año, Alesi alcanzó una regularidad asombrosa con ocho podios (Brasil, Argentina, España, Canadá, Francia, Alemania, Hungría e Italia) aunque ya no pudo vencer.
Jean corrió en Benetton hasta 1997, temporada en la que logró otros cinco podios (España, Canadá, Gran Bretaña, Italia y Luxemburgo).
A fin de 1997, Berger, su compañero durante 5 temporadas se retiró de la máxima y Alesi buscó otros horizontes, marchándose a Sauber, equipo con el que logró su último podio en Bélgica 1998, nada menos que en el majestuoso Spa Francorchamps, en aquella caótica carrera del 30 de agosto, con el múltiple accidente bajo la lluvia que involucró a casi toda la grilla. Finalmente ganó Damon Hill (última victoria y último podio), escoltado por Ralf Schumacher en el 1-2 de Jordan, con Alesi visitanto el podio por última vez en su carrera.
Jean permaneció en Sauber hasta el 2000 cuando pasó a correr para el team de Alain Prost. En 2001 protagonizó un fuerte accidente con Kimi Raikkonen y eso de alguna manera lo llevó a reflexionar.
Al final de aquella temporada puso punto final a su extensa carrera en la Fórmula 1 y pasó a correr en DTM y luego de un tiempo se marchó definitivamente, para cuidar sus viñedos en Avignon.
Una curiosidad. En la única victoria de Alesi, hubo 2 Jordan detrás. En su último podio, 2 Jordan adelante.
Se fue de la máxima el 14 de octubre de 2001, tras el GP de Japón, con 201 Grandes Premios disputados, 1 pole position y 4 vueltas rápidas. En total alcanzó 32 visitas al podios y en solo 1 de ellos pudo estar en la parte central, en el escalón más alto. Llegó soñando con conquistar el mundo, luego solo quiso hacer suya una victoria, no se rindió y su sentimiento lo llevó a ella.
En septiembre de 2011 sorprendió anunciando que intentaría correr en las 500 Millas de Indianápolis. Indudablemente su fuego sagrado sigue vigente.
Esta es una historia más de esas que reflejan que nunca hay que rendirse, que nunca es tarde para alcanzar una meta. Hubo otros pilotos que esperaron más que Alesi para ganar, es cierto, aunque tuvieron alguna otra chance de festejar. Están también lo que lo siguen intentando.
Jean Alesi sintió por única vez la caricia de la gloria que dura para siempre. En otro tiempo, hubo una historia similar con Chris Amon que la buscó con la misma fuerza y si bien no pudo conseguirlo, su determinación también le guardó un lugar especial, aunque eso será en otro capítulo...
Con la colaboración de Celina y Máximo Gallardo
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